Bajo el techo

de la escuela

En Florida, más de 71,000 estudiantes no tienen un hogar. En la última década este número se ha disparado como consecuencia de la crisis y de la falta de viviendas para personas de bajos recursos.

Quiénes son

Son más de un millón y son estudiantes en las escuelas públicas de Estados Unidos. Comparten las aulas, los profesores y el patio del recreo con decenas de millones de otros niños. Pero cuando la campana suena y es hora de irse a casa, una cosa les diferencia: son niños in hogar.

Florida es el cuarto estado con mayor población de estudiantes sin techo de Estados Unidos, por detrás de California, Nueva York y Texas, las zonas más pobladas del país. En el año académico 2013-2014, había 71,446 niños sin hogar matriculados en las escuelas públicas floridenses. En 2005 eran 29,545. Un aumento del 142%.

Ese crecimiento va en paralelo a la tendencia general en Estados Unidos. El Council on Homelessness de Florida asegura que las familias con niños son las que más rápidamente están creciendo entre la población sin hogar del país. Lo mismo sucede en Florida, dice el reporte publicado en 2015.

Es relativamente sencillo identificar a los adultos sin hogar en las calles, cuyo número en Florida ha decaído en los últimos años, ¿pero dónde están los estudiantes homeless?

La definición de estudiante sin hogar es distinta a la del adulto. Para el sistema público educativo, un estudiante cae en esa categoría cuando “carece de una vivienda fija, regular y adecuada para pasar la noche”. Son quienes viven en vehículos, en hostales, en la calle o en refugios. También quienes comparten el hogar de otras personas “como consecuencia de la pérdida de la vivienda” o de las “dificultades económicas”.

Porcentaje de estudiantes sin hogar, sobre el total de estudiantes matriculados en escuelas públicas. Y población total de estudiantes sin techo. Datos de 2013.

Condado Estudiantes sin hogar (%)
Franklin 21.7
Madison 21.1
Lafayette 16.8
Hamilton 13.9
Gadsden 11.6
Okeechobee 9
DeSoto 8.6
Osceola 8.5
Lake 7.7
Putnam 7.3

La mayoría de los estudiantes sin hogar se concentra en los condados del centro y sur de la Florida, como Orange, Osceola, Polk, Miami-Dade y Hillsborough. Están entre los más poblados del estado.

Pero esas son las cifras totales. En condados menos poblados, como Franklin y Madison, el 20% de los estudiantes no tiene residencia fija, muy por encima del promedio del estado y del país: el 2.6%.

Durante el curso 2013-2014, el 75% de los estudiantes sin hogar residía en casas de otras personas, compartiendo. El 11.7% vivía en refugios y el 10.7% en hoteles y moteles. Una minoría estaba en la calle, según el Consolidated State Performance Report.

De esos más de 71.000 estudiantes sin techo, el 10.6% vivía solo, sin la supervisión de un adulto. El 17.8% tenía alguna discapacidad y el 10% tenía dificultades para “hablar, leer, escribir o entender el inglés”, lo que podría hacerles fracasar en la escuela.

En muchos de los estados donde hay altos porcentajes de estudiantes sin hogar, la presencia de afroamericanos e hispanos es alta.

Porcentaje de estudiantes sin techo entre el total de alumnos matriculados y menores afroamericanos. De 2005 a 2013.

Condados

Porcentaje de estudiantes sin techo entre el total de alumnos matriculados y menores hispanos. De 2005 a 2013.

Condados

Las causas

La economía contextualiza el fenómeno. En septiembre de 2008 quebraba la firma financiera Lehman Brothers. Era el clímax de la Gran Recesión, que oficialmente había comenzado en diciembre de 2007. Mientras la financiera colapsaba, en Florida la venta de viviendas unifamiliares se desplomaba por tercer año consecutivo. En 2009 sumaría su cuarto año consecutivo de caída, con un 7%.

La recesión duró, oficialmente, poco más de un año y medio. El National Bureau of Economic Research anunció en 2010 que había terminado un año antes, en junio de 2009. Era el fin de la recesión. La economía estaba convaleciente.

En esa fecha, mientras la economía se recuperaba, el desempleo en Florida alcanzaba el 10.7%. A final del año sería el 11.2%, por encima de la media nacional: el 9.9%. La cifra en el estado no bajó de los dos dígitos hasta dos años más tarde.

La mayoría de los condados que tiene porcentajes altos de estudiantes sin hogar siempre ha estado entre las zonas con menor renta estatal.

Ingreso promedio por hogar, en miles de dólares, y porcentaje de desempleo. De 2005 a 2013.

Condados

Aunque el ingreso promedio por hogar en Florida osciló poco durante la Gran Recesión, algunos condados sí sufrieron grandes sacudidas. En Madison, Gadsden, Hamilton, Lafayette y Okeechobee el ingreso bajó, como mínimo, durante los dos años de la crisis. En ocasiones cayó más del 20%.

Las familias más pobres, con las rentas más bajas, tardan más en recuperarse y volver a los niveles anteriores a la crisis, señalan PolicyLab y First Focus en su informe ‘The Effect of the Great Recession on Child Well-Being’, publicado en 2015.

La maldición de la vivienda

Hay un factor que parece determinante para explicar el fenómeno de los estudiantes sin hogar. Según el Council on Homelessness, “la necesidad de una vivienda disponible, adecuada y asequible” es la principal causa del aumento de personas sin hogar.

La crisis supuso que muchas familias perdieran su hogar. PolicyLab y First Focus calculan que alrededor del “momento álgido” de la crisis una de cada 46 propiedades en Estados Unidos fue embargada. Además, durante la recesión, cerca de 2.3 millones de niños en casas unifamiliares perdieron sus hogares como consecuencia de los desahucios.

Para Florida, los deshaucios no eran una novedad. En 2008, diez condados de Florida estaban entre las zonas con mayor tasa de embargo de viviendas. Solo California le superaba en ese ranking con 12 condados, según el Pew Research.

Florida tenía en 2012 el porcentaje más alto de viviendas en proceso de embargo o en posesión de un banco, según un informe de Office of Economic and Demographic Research, basado en cifras de RealtyTrac.

Según las instituciones Brookings y First Focus, ese mismo año seis millones de niños estaban “en riesgo de perder sus casas”. Además, 40.9 millones de hogares estadounidenses utilizaban más del 30% de sus ingresos para pagar la vivienda.

En Florida cientos de miles de familias también destinan gran parte de sus ingresos a la vivienda. En 2007, 577,242 hogares gastaban más del 40% de su renta en el alquiler. Eran hogares cuyas ganancias anuales estaban por debajo del 60% del ingreso medio de Florida. Seis años después, esa cifra se incrementó hasta 715,032 familias, según un estudio del Shimberg Center for Housing Studies, de University of Florida.

Del total de hogares floridenses con “bajos ingresos” -cerca de un millón en 2013-, “casi la mitad (44%) se considera de ingresos extremadamente bajos”.

El problema para esas familias pobres que invierten gran parte de sus recursos en pagar su vivienda es la falta de alternativas. La oferta en Florida para los que menos ganan es muy limitada. Por cada 100 hogares de recursos extremadamente bajos, “tan solo hay 31 viviendas disponibles y asequibles”, asegura el informe de University of Florida.

La importancia de la ayuda

Algunos investigadores admiten que los programas sociales públicos fueron cruciales para reducir el impacto de la crisis entre familias y niños. El estudio de First Focus dice que mucho estados mantuvieron o aumentaron las ayudas de alimentación durante la crisis. Otras ayudas permitieron a muchas familias mantener sus viviendas. Aún así, First Focus reconoce que muchos de estos programas están sufriendo recortes presupuestarios.

Desde el 2005 y hasta 2013, el promedio mensual de niños que recibían ayudas de comida en Florida pasó de 586,396 a 1,380,248. Durante el año 2009 se produjo la mayor subida: un 33%.

Cambio anual en el ingreso medio por hogar y porcentaje del promedio de niños que recibieron sellos de comida mensualmente. De 2006 a 2013.

Un gran porcentaje de niños de los condados de Hamilton, Gadsden, Putnam y Madison recibió sellos de comida entre 2005 y 2013. En esas zonas, más de un cuarto de los menores de edad son afroamericanos. En el caso de Gadsden esa cifra es superior al 60%.

Porcentaje de menores afroamericanos y porcentaje del promedio de niños que recibieron sellos de comida mensualmente. De 2005 a 2013.

Condados

En Okeechobee, Osceola, DeSoto y Hendry, más del 40% de los niños recibía sellos de comida en 2013. Son condados en los que los menores de edad hispanos superan el 38%.

Porcentaje de menores hispanos y porcentaje del promedio de niños que recibieron sellos de comida mensualmente. De 2005 a 2013.

Condados

El impacto en la infancia

Vivir sin un hogar fijo tiene consecuencias físicas, emocionales y sicológicas para los menores. Un informe de Child Trends afirma que estos niños tienen más posibilidades de enfermarse: ya sean enfermedades leves o crónicas

El asma y la hiperactividad son los problemas más comunes que acarrea ser un niño sin hogar. También sufren tres veces más “problemas emocionales y de comportamiento, como depresión, ansiedad, problemas del sueño, rechazo y agresión”, según un informe de Child Trends.

También tiene consecuencias académicas. Estos estudiantes son dos veces más propensos a repetir un curso académico, ser expulsados o abandonar el instituto, explica el informe.

Porcentaje de estudiantes que obtuvieron 3 o más en matemáticas. Porcentaje del promedio de niños que recibieron sellos de comida mensualmente. Desde 2005 a 2013.

Condados

El Institute for Children, Poverty & Homelessness descubrió que, durante el curso 2013-2014, solo el 17% de los estudiantes sin techo neoyorquinos alcanzó los estándares académicos mínimos en matemáticas. Y recuperar la vivienda no asegura los buenos resultados. Entre los chicos que fueron sin techo, solo el 20% alcanzó un nivel óptimo en matemáticas.

School of Communication | University of Miami | 2016